En el anterior artículo, Adaptar una vivienda para personas mayores I, os dábamos algunas directrices para reformar vuestro hogar y habilitar espacios adecuados a las necesidades de las personas mayores. Pero aún nos faltan por revisar otras zonas de la casa que también pueden conllevar algún riesgo para ellos. Nos referimos a los suelos, escaleras y cables.

Suelos

Lo primero que debemos hacer es cambiar nuestros suelo por otro antideslizante y que sea de superficie lisa y evitar las alfombras. Si hay peldaños, deben estar señalizados y tener elementos que ayuden a franquearlos. En caso de que el suelo de la vivienda sea de madera, se puede tratar con ceras antideslizantes.
También se puede optar por cubrir el suelo con moqueta de pelo corto ya que es una buena manera de reducir las lesiones en caso de caída. Esta es una bueno opción siempre y cuando no hayan personas que necesiten una silla de ruedas.

Pasillos y escaleras

Los pasillos son zonas de paso que deben estar lo más despejadas posible para evitar tropiezos y caídas. Por eso es conveniente no colocar alfombras ni objetos que puedan provocar este tipo de accidentes.

Para las escaleras es esencial disponer barandillas a los laterales e instalar interruptores tanto al inicio como al final para que la zona esté siempre iluminada.

Cables, interruptores e iluminación

Lo primero es evitar que hayan cables en zonas de paso, ya que pueden provocar tropiezos. En cuanto a la iluminación, es conveniente que las fuentes luminosas se puedan orientar para evitar los deslumbramientos y que sean de intensidad regulable, con el fin de adaptar la luminosidad a las necesidades de cada momento.
Los interruptores deben estar situados en lugares estratégicos (a principio y al final de unas escaleras, en la cabecera de la cama, al principio y al final de un pasillo) y que sean interruptores conmutados, es decir, que que permiten encender y apagar las luces desde distintos lugares.
EL número de enchufes ha de ser suficiente ya que en la medida de lo posible hemos de evitar el uso de alargadores. Deben estar situados a la misma altura de los interruptores o, al menos, a una distancia del suelo superior a 40 centímetros.