Ya sea la casa en la que te has criado, la que has heredado o la que te acabas de comprar, la edad de un hogar tiene mucho que decir y aportar a la hora de tener en cuenta las reformas que vamos a llevar a cabo, o incluso las que necesitamos y aún no hemos tenido en cuenta.

Y es que las casas envejecen, no solo en lo que vemos a simple vista como la moda y decoración, sino también en su estructura, comodidades e instalaciones interiores.

Basándonos en la edad de nuestro hogar podemos tener pistas sobre sus necesidades de reformas y sobre qué podemos hacer nosotros para su actualización y preservación.

¡Acompáñanos a lo largo del ciclo vital de nuestros hogares!

Menos de 5 años, la más joven

La ventaja de ser jóvenes es que a nivel de instalaciones podemos limitarnos a meras tareas de mantenimiento: revisiones de calderas, radiadores, calefacción, electrodomésticos y aislamiento de ventanas.

La clave es comprobar que todo se encuentra en estado óptimo, solucionando pequeños desperfectos si los hubiese.

A nivel estético y decorativo la cosa es diferente; 5 años dan para mucho en modas y tendencias, pudiendo aprovechar para renovar decoración o para rematar la estética que queremos darle a nuestra casa.

10 años y aún en plena forma

Tras diez años viviendo en nuestro hogar es innegable que todo está donde y como queremos, pero el tiempo no pasa en balde.

Familia grande, niños o mascotas influyen en el estado general del hogar después de una década de uso continuado. Lo bueno es que las instalaciones aún están en plena forma y los cambios serán más estéticos que prácticos.

Los cambios podrían ser sustituir algún mueble (los gatos son expertos arañadores de sofás), cambiar el suelo o renovar ventanas y puertas.

También tocará pintar las paredes de nuestra casa, pudiendo aprovechar la ocasión para probar nuevos colores o toques más artísticos.

Tu casa a los 20

Los veinte son un momento clave para acometer reformas más importantes. La cocina y el baño serán los protagonistas. Seguramente ya lleves con la idea rondando tu mente después de tanto tiempo, pero no terminas de decidirte.

Estas reformas no solo te ayudan a revalorizar tu hogar ya recuperar la comodidad de la que gozabas al inicio, sino que además es la oportunidad perfecta para ponernos creativos o hacer cambios radicales: baños más grandes, cocinas abiertas o cambiar plato de ducha por bañera ¿Por qué no?

El desgaste de los 30

Los treinta son el inicio de la madurez, la época de asentar la cabeza.

Haz tu hogar más maduro y consecuente con un cambio de ventanas que ayude a ganar eficiencia energética (y a ahorrar en la factura de la luz) o atrévete con algo más grande como integrar la terraza en el salón y ganar el espacio y amplitud que mereces.

También podemos mejorar la calefacción con la sustitución de los radiadores por un sistema de suelo radiante más eficiente y sostenible.

40 años de cobijo

Después de cuatro décadas las instalaciones interiores necesitarán más de una revisión. Podemos hacer una analogía con una persona que a partir de los 40 necesita visitar el médico más a menudo y empezar a cuidarse un pelín más, con nuestro hogar ocurre de igual manera.

Una revisión de la instalación eléctrica, tuberías o gas pueden suponer una diferencia clave a la hora de disfrutar de nuestra vivienda. Puede ser el momento ideal de plantear reformas más serias, eficientes y “eco-friendly” para adaptar nuestra vivienda a las necesidades medioambientales actuales y del futuro.

A los 50 contigo, la casa “senior”

Este es el momento clave para adaptar nuestra vivienda a nuestro gusto si la acabamos de comprar, o para acometer reformas más importantes como renovar la instalación eléctrica, la instalación de fontanería, distribución interior de cables, gas, etc.

Cinco décadas dan para muchos cambios en cuanto a construcción, instalaciones y tecnología, con lo cual es el momento ideal para una actualización completa de nuestra casa, que la propulse directamente a la actualidad y la prepare para las exigencias futuras.

El ciclo vital de nuestros hogares es en parte parecido al nuestro. Conforme se van cumpliendo años las necesidades van cambiando, la moda hace de las suyas exigiéndonos diferentes estéticas y materiales y la tecnología avanza proporcionándonos comodidades y nuevas posibilidades.

Con todo ello nuestra casa envejece, madura y necesita diferentes reformas que garanticen su utilidad, usabilidad y conservación en el tiempo. Por eso es importante conocer que necesitamos exactamente en cada etapa vital de nuestros hogares, si queremos adaptarlos a nosotros y disfrutarlos al completo siempre.