Como vimos en nuestro anterior artículo, la sociedad ha avanzado y cambiado rápidamente y la arquitectura lo hace con ella. Consideraciones actuales sobre la construcción y arquitectura como el reciclaje y el aprovechamiento de materiales en obra, el diseño eficiente, o el aprovechamiento de las energías renovables no se tenían en cuenta hace apenas diez años.

Las personas exigen mayor responsabilidad, tanto social como medioambiental. Por ello los arquitectos seguimos explorando todas las opciones que tiene la arquitectura actual para cumplir con las actuales demandas sociales y ecológicas.

Arquitectura de proximidad

La vuelta a los orígenes, a la tradición y recursos locales nace como alternativa a los materiales industrializados y la tecnología más puntera. Tiene mayor sentido construir con los recursos que nos da el entorno (en un contexto lógico) que hacer uso de la globalización para traer los mismos materiales desde la otra punta del mundo.

Hoy día se tienen en cuenta la procedencia de los materiales de construcción, y el futuro ecológico de la obra a medio y largo plazo. Se es más consecuente con lo que se construye, cómo se construye y con qué se construye.

La arquitectura inclusiva

Se debe recuperar el componente social de la arquitectura. Construir desde las necesidades hacia el exterior. Los arquitectos en la actualidad tienen en cuenta aspectos como la vejez, la movilidad, la falta de visión, soledad, en definitiva, condiciones especiales que conformar una sociedad tan compleja como la nuestra.

La clave es derribar barreras arquitectónicas y crear espacios sociales, amigables, que tengan en cuenta las necesidades y las etapas de las personas que viven en ellos.

Recuperación del espacio público

Las ciudades del siglo pasado se edificaron y construyeron en torno a los vehículos. Dueños incontestables del espacio y las arterias de las ciudades. En la actualidad, esas mismas ciudades luchan por ganarle ese espacio a los vehículos y devolvérselo al ciudadano.

Por ello la tendencia es la creación de lugares abiertos, grandes paseos con multitud de ofertas de ocio, y espacios pensados para el uso común entre los habitantes, ayudando a que se fomenten relaciones saludables que ayudan a la convivencia.

Los avances tecnológicos, sociales y en el transporte público han ayudado a replantear el concepto de ciudad y espacio, dando nuevas alternativas y opciones a lo que dábamos por sentado en arquitectura.

La sociedad exige una mayor responsabilidad social y ambiental en las ciudades modernas. Por ello los arquitectos seguimos explorando nuevas opciones y caminos que nos ayuden a crear espacios comunes de convivencia, pensados para la población tan diferenciada que los habita, fomentando las relaciones personales, la salud, y teniendo en cuenta la ecología, los recursos disponibles y el medio ambiente.