Gran parte de nuestro tiempo lo pasamos en casa y por eso debemos proteger nuestra vivienda de agentes nocivos para la salud como materiales y productos contaminantes.

¿Cómo podemos crear viviendas más saludables y reconfortantes?

A la hora de edificar una vivienda, muchos factores influyen en nuestra salud: el volumen y superficie, temperatura, iluminación, humedad, saneamiento del agua, protección frente a incendios, etc. Así que debemos optar por viviendas sostenibles y “sanas” para nuestra salud y la del medio ambiente.

Cuidado de la calidad del aire

Un aire de mala calidad es nocivo para nuestra salud y puede provocarnos problemas respiratorios y dermatológicos. Si queremos disfrutar de un aire limpio en nuestro hogar debemos:

  • Mantener nuestra casa libre de humo.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura así como el calor excesivo.
  • Ventilar nuestra casa todos los días y decorar con plantas naturales nos ayudará a crear un ambiente más sano.
  • Además, el uso de humidificadores y purificadores de aire aumentan la humedad del ambiente y contribuyen a eliminar los problemas de alergias.

Procurar tener buena iluminación

Sabemos que la luz influye en nuestro cerebro, por eso si tenemos una luz artificial inadecuada podemos sufrir dolores de cabeza y falta de concentración. Lo más adecuado es que aprovechemos la luz solar a lo largo del día y por la noche utilizar bombillas de bajo consumo o leds, de color blanco y que no parpadeen.

Elegir materiales no contaminantes

Algunos elementos presentes en la construcción de nuestra casa como el PVC, aislantes sintéticos y disolventes provocan en algunas personas dolor de cabeza, alergias y trastornos respiratorios. Existen alternativas naturales a este uso como el de la madera, tuberías de polietileno y colas naturales.

Utilizar calefacción ecológica

Optemos por energías alternativas como la solar térmica o eléctrica, biomasa geotérmica que son más sostenibles. Si no es posible, optar por la de gas natural que es más ecológica que la eléctrica, ya que esta consume mucha más energía. Además, es muy importante que aislemos bien la casa con ventanas y puertas que cierren bien y colocar en las paredes aislantes naturales como el corcho o lana mineral que protegen del frío y el ruido.

Uso de colores que mejoran el estado anímico

Es fundamental elegir bien el color que pondremos en cada habitación, teniendo en cuenta el uso que le demos vayamos a dar. El color influye en nuestro estado de ánimo y en la temperatura del cuerpo.
Como ejemplos tenemos que el amarillo aumenta la creatividad por lo que es ideal para estancias de trabajo. El azul y el verde claro son relajantes mientras que los rojos aportan calidez al ambiente.

Elegir telas naturales

Los tejidos naturales mejoran la transpiración así que se aconseja su uso para ropa de cama sobre todo porque aportan sensación de confort.

Procurar la temperatura perfecta de la vivienda

Lo deseable sería elegir viviendas edificadas de modo que el sol les dé en invierno y que en verano sean fácilmente protegibles. Esto nos hace ahorrar energía, puesto que pondremos menos la calefacción en invierno y reduciremos el uso del aire acondicionado en verano.
Una alternativa a tener en cuenta son las casas inteligentes equipadas con domótica, ya que nos ayuda a establecer una temperatura ideal en cada habitación según la estación del año.

Huir de la contaminación eléctrica

Aunque no nos damos cuenta, la contaminación eléctrica en nuestra vivienda puede ser la causante de que nos cueste conciliar el sueño y de que nos levantamos cansados. Para evitar debemos tener en cuenta dos cosas:

  • Que no se instalen cables por la zona del cabecero de la cama
  • Al irnos a dormir, desconectemos los aparatos eléctricos de la habitación.

Si llevamos a cabo estas ideas a la hora de elegir una vivienda más “sana” no solo mejoramos nuestra calidad de vida y nuestra salud, sino que contribuimos a un medio ambiente más sostenible y un hogar más confortable para los nuestros.